La ley Única – El Dharma
Mi padre siempre me decía que existía una ley a la cual ni el propio Dios podía desobedecer
. En esa época no comprendía nada, pero él lo repitió tantas veces que nunca lo olvidé. Me dijo también, que yo tenía mucho que cambiar si quería vivir en conformidad con la ley, pero yo era joven y no tomé en consideración sus palabras.
Solo cuando me volví adulta y comprendí que nada era como yo había pensado, pude valorar esta sabiduría tan antigua. Los yoguis orientales siempre conocieron y respetaron esta ley como Sanathana Dharma o simplemente el Dharma. Dharma también significa verdad.
Jesús Cristo siempre hablaba en la Verdad. Todo lo que decía y hacía estaba dentro de esa Verdad, de esa ley.
Les hablo, hoy, sobre este asunto, porque existe una noción equivocada sobre el libre albedrio, típica de la Nueva Era, que no deja comprender la Verdad.
Existe este Camino que nos guia, esta Directiva a la que debemos obedecer, si queremos ser felices y darle sentido, a nuestras vidas.
El libre albedrio se resume a una cláusula de la ley que apoya el cambio de todo lo que existe en el Universo. Del punto de vista de la Física, está basado en los saltos cuánticos de la energía de un átomo y en los efectos cuánticos del entrelazamiento del “muy pequeño”. Es ahí que podemos decidir nuestro futuro y resolver nuestro pasado, pero nunca a través de la materia sino a través de algo superior que la gobierna: la mente.
Ahora sabemos que calmando la mente cambiamos la materia: la modificación, en pocas horas, de los genes y de la conexión entre las neuronas, a mayor plazo, son las grandes evidencias. Y yo, que veo auras, sé que cambiamos la energía que nos rodea…más que eso, cambiamos la energía que emitimos y sabemos, por la ley, que lo que enviamos al Universo es de la misma calidad – y cantidad – de lo que recibimos.
Actualmente, tenemos una noción equivocada sobre cómo debemos vivir nuestras vidas, basándonos en amor romántico y carrera… nos parecemos a malabaristas con muchas pelotas en el aire, cuando solo existen una o dos pelotas importantes y a las que debemos darles atención, pero esas son las que ya están en el piso, hace mucho tiempo.
Nuestra esencia es muy simple y delicada y cuando estamos lo suficientemente tranquilos y relajados, tenemos vislumbres muy consistentes y duraderos de su Realidad.
Otra cosa sobre la que mi padre insistió mucho conmigo, en sus últimos meses, fue en que todo era mucho más simple y muy diferente de lo que imaginamos.
Cuando las neurosis de nuestra mente se calman y aprendemos a relajar y centrar la mente, lo que sucede es muy semejante a la calma de un lago, en que la Luz de la Divinidad se refleja, sin difracciones ni obstrucciones de ningún modo.
Y aquello que percibimos no es ni muy dramático ni muy espectacular – pues la teatralidad la dejamos para nuestra mente histriónica - en la Verdad todo es muy simple y normal, pero no por eso menos grandioso y acogedor…después de todo es como volver al Hogar.
Paz y Amor
Curadora64
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Traducción: Lúcia
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