SP - BAHKTI YOGA – EL YOGA DE LA DEVOCIÓN
“…y no os conforméis con este mundo, pero, mejor transformaos, por la renovación de vuestra mente.” – S. Pablo de Tarso.
Los grandes maestros de yoga son unánimes al considerar este yoga el más apropiado para la Era de Kali. Como aún estamos terminando esta era – y como el fin parece largo – es siempre bueno saber de qué se trata y si nos gustaría practicarlo.
Hablo para los que quieren alcanzar la iluminación. Cada vez más sentimos que estamos fuera de la mentalidad antigua, que hacía que nos sintiésemos poco dignos y por eso, sujetos a los demonios del Samsara, que nos hacían sufrir durante eras, para expiar nuestros crímenes.
Leí una historia muy curiosa, que encontré en un libro de Shogyal Rimpoche, “O livro tibetano da vida e da morte”. Según él, descubrió un texto antiguo que cuenta la verdadera vida de Milarepa.
Este vivió en el siglo XI y fue entrenado, desde el inicio para ser un gran hechicero. Creo que era muy competente en las artes negras e hizo mal a mucha gente, pero después se convirtió, inexplicablemente, en un gran maestro tibetano. Marpa lo aceptó como discípulo…
Estos maestros tibetanos antiguos hacían que los alumnos sufriesen mucho y Marpa no era una excepción… decidió purificarlo y Milarepa logro expurgar su karma de esta vida y según cuentan, de las del pasado también, alcanzando así la iluminación.
Pero, para este tema del Bahkti Yoga, lo que nos interesa son dos cosas:
- Como usarlo?
- Que sucede cuando lo usamos?
La historia cristiana está llena de pecadores convertidos…S. Pablo es uno de ellos…de mayor persecutor de Cristo, pasó a su discípulo y seguidor fervoroso.
S. Paulo de Tarso era un gran médium y vidente, pero tenía un gran ego e por precaución le fue dejado un dolor inmenso, que le tomaba todo el tiempo libre…solo cuando trabajaba era preservado y en una de sus cartas a las comunidades cristianas, escribió que, cuanto más débil se sentía, más fuerte era, pero sabía muy bien que solo era un instrumento de esa Fuerza que era Cristo.
Milarepa también sabía que era solo un instrumento.
La co-creación y nuestro libre albedrio sirven, respectivamente, para crear las condiciones más apropiadas a la manifestación de lo que elegimos.
La devoción a Dios, pues no hay otro, solo infinitos aspectos de EL, se hace en confianza y en imitación.
Imitar a Cristo en la Redención de todo el karma es posible, incluso para alguien que como yo, es, aparentemente, frágil. Así acepto todos los dolores y el karma Universal, cuando tengo cualquier dolor.
No quedo más enferma, en absoluto, pues así transmuto todo el karma que me es posible en ese momento. Y aunque solo sea una gota y yo gane merito con ese hecho, ese también no es para mí; lo ofrezco a Dios en Amor.
La devoción al Divino implica mucha confianza y fe…
Si nuestra mente está siempre impregnada de la Divinidad y si toda nuestra vida es siempre en su función, no hay nada más que hacer. Somos adeptos del yoga de la Devoción y el ego es quemado en ese Fuego Divino.
Sé que aún estoy lejos de la perfección, pero no por eso voy a desistir de ella. Sé que soy hija de Dios y que mi camino es seguir sus huellas. Soy su instrumento.
Os dejo con la Canción de Milarepa:
“Desde que la Gracia de mi Señor entró en mi mente, Mi mente jamás se perdió en distracciones.
Acostumbrado a contemplar largamente el Amor y la Piedad,
Me olvidé de las diferencias entre mí y los demás.
Acostumbrado a meditar largamente sobre mi Gurú como un halo sobre mi cabeza,
Me olvidé de todo lo que gobierna por la fuerza y por el prestigio.
Acostumbrado a meditar largamente sobre mis Dioses Guardianes como inseparables de mí mismo.
Me olvidé de la forma carnal inferior.
Acostumbrado a meditar largamente sobre las Selectas Verdades Susurradas,
Me olvidé de todo lo que se dice en los libros e impresos.
Acostumbrado, como estoy, al estudio de la Ciencia Elementar,
Perdí el Conocimiento de la Ignorancia engañosa.
Acostumbrado, como quedé, a contemplar los Tres Cuerpos como inherentes a mí,
Me olvidé de pensar en la esperanza y en el miedo.
Acostumbrado, como quedé, a meditar sobre esta vida y la vida futura como una sola,
Me olvidé del miedo del nacimiento y de la muerte.
Acostumbrado a estudiar largamente, por mí mismo, mis propias experiencias,
Me olvidé de la necesidad de buscar las opiniones de los amigos y de los hermanos.
Acostumbrado largamente a aplicar cada nueva experiencia a mi propio crecimiento espiritual,
Me olvidé de todos los credos y dogmas.
Acostumbrado a meditar largamente sobre lo Increado, lo Indestructible y lo Permanente,
Me olvidé de todas las definiciones de este o de aquel Objetivo en particular.
Acostumbrado a meditar largamente sobre todos los fenómenos visibles como el Dharmakaya,
Me olvidé de todas las meditaciones hechas por la mente.
Acostumbrado por mucho tiempo a mantener mi mente en el Estado Increado de Libertad,
Me olvidé de las costumbres convencionales y artificiales.
Acostumbrado por mucho tiempo a la humildad, de cuerpo y mente,
Me olvidé de mi orgullo y de las soberbias maneras del poderoso.
Acostumbrado a mirar largamente mi cuerpo carnal como mi eremita,
Me olvidé del ocio y del confort de los retiros en los monasterios.
Acostumbrado por mucho tiempo a conocer el sentido de lo Inexpresable,
Me olvidé del modo de trazar las raíces de los verbos y el origen de las palabras y de las frases…
Puedas tú, oh sabio, esbozar esas cosas en libros comunes.”
Paz y Amor
Curadora64
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Traducción: Lúcia
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