CUERPO Y ALMA - MENSAJE DE LA TIERRA
Queridos,
Yo soy la voz de la Tierra y los cargo en mi cuerpo.
El planeta en el cual viven y caminan es mi cuerpo, la expresión de mi alma.
Son bienvenidos aquí, porque forman parte de mi cuerpo. Sus cuerpos son parte de mí, hechos de materia terrena. Estén bien conscientes de las células de sus cuerpos, que son pequeñas entidades independientes que saben con exactitud, lo que deben hacer. Ellas trabajan para el equilibrio, armonía y cooperación de sus cuerpos.
Imaginen que están presentes en la forma de un sol brillante en sus cuerpos. Su luz no es de la Tierra; ustedes vinieron del cosmos. Ustedes son almas vivas, capaces de asumir varias formas y ahora están presentes en una forma terrestre. Imaginen que la luz de sus almas irradia del centro de sus cuerpos, del centro cerca de sus corazones. Vean una luz brillando allí y acuérdense de quienes son; ustedes tienen eones de edad. Ustedes tuvieron muchas vidas; esta no es la primera vez que están aquí.
Acuérdense de quienes son! Sepan que son independientes de este cuerpo, de esta vida y de la sociedad a vuestro alrededor. Ustedes vinieron aquí para traer algo nuevo, algo único, algo aún incomprendido por los que los rodean. Se requiere coraje y valentía para traer lo nuevo, porque las cosas nuevas provocan resistencia. Es por esto que es tan importante que recuerden quienes son, que recuerden su libertad, su independencia. Solo entonces podrán ser ustedes mismos en esta realidad y expandir su luz.
Ahora les pido que, a partir del corazón, conecten la luz de sus almas a las células de sus cuerpos, que poseen su propia conciencia individual y al mismo tiempo, forman parte de mí, la Tierra. Imaginen que la luz de sus corazones, de sus almas, se unen a la conciencia de todas las células de sus cuerpos. Su luz irradia hacia todas las células y estas responden con alegría. Esto es lo que ellas quieren – quieren ser inspiradas por ustedes! Este es su objetivo; esta es su función.
Quizás piensen que el objetivo de las células de sus cuerpos sea solamente mantener el cuerpo de forma funcional para sobrevivir. En cierta forma eso es cierto, pero no a nivel más profundo. Su propósito mayor aquí en la Tierra, es brindar un instrumento a través del cual sus almas se puedan manifestar. Este es el propósito de sus cuerpos. Por lo tanto, es muy importante conectar sus almas a la conciencia de sus cuerpos. Todo su cuerpo está pasando por una transformación que no puede ser explicada a nivel físico.
Imaginen que la luz de su esencia divina se extiende lentamente desde su corazón y delicadamente toca todas sus células: de su tórax y hombros, del cuello y garganta. Enseguida, permitan que todas las células de su cabeza sean tocadas por la energía de su alma y la absorban de forma que sean capaces de obtener directrices y orientación de la Fuente divina.
Entonces, dejen que la energía de su alma – la luz de su corazón – fluya a través de su plexo solar, de su estómago y baje por su vientre. Sienta el centro de su vientre, durante un momento. Puede ser que aun existan algunas emociones antiguas ahí, o cierta resistencia contra la vida, que dificultan el permiso para la entrada de la luz de su alma: “Esto será seguro? Será que puedo, realmente, estar aquí con mí energía única, con mi luz?”
Vean si la luz de su alma consigue penetrar en su estómago, en su cóccix, en su pelvis. Si perciben puntos que ofrecen resistencia, que no permiten la entrada de la luz, simplemente observen lo que está sucediendo y no presionen nada. Solo vean si existe alguna región oscura o tensa en algún lugar de su cuerpo, donde la energía esté contraída y disimulada. Con una mirada receptiva y abierta, concentren su atención en ese punto de opresión. Su conciencia es muy afable y maleable y como una brisa suave, envuelve ese punto con su atención.
Adentro de esa energía bloqueada, existe una vida que estuvo escondida por diversos motivos. Anímenla a que se presente ante ustedes. Pregúntenle: “Quién eres? No temas, muéstrate.” Observen si les aparece algo…una imagen, un símbolo…también puede ser un animal o un ser humano…talvez un niño(a).
Todo lo que está bloqueado y oculto dentro de una persona desea salir, libertarse; pero tiene miedo y es por eso que a veces se esconde. Para lograr alcanzarlo es preciso no forzar nada; solo se necesita estar presente con gentileza y oír. No querer cambiar nada, no desear librarse de esa parte es la mejor forma de abordarlo.
Entonces, calmadamente, observen o perciban lo que está deseando revelarse en esa parte sombría. Imagínense extendiendo la mano para lo que aparezca y tranquilícenlo diciendo: “Eres bueno: puedes ser quien eres, realmente”. Y acojan esa parte vuestra, asumiendo la responsabilidad por su propia energía, prometiendo que trabajarán con ella. Porque, en toda esa energía obstruida y bloqueada, también hay una fuerza, una aptitud que les pertenece.
La intención nunca debe ser la de hacer que un bloqueo o problema desaparezca. Se trata de transformar y liberar energías antiguas tan completamente, que la esencia de su luz interior pueda unirse a ellas. Es por eso que el camino es el amor; sin luchar contra energías negativas o problemas internos, pero amándolos.
Finalmente, dejen que la luz de su alma fluya de su pelvis hacia sus muslos y piernas y dediquen una atención especial a sus rodillas. Imaginen que las células y huesos de sus rodillas se abren para la luz de su corazón. Acuérdense de cómo puede ser divertido vivir y estar activo en la Tierra. Entonces, recuperen esas memorias de alegría. Enseguida dejen que su luz baje por sus pantorrillas y tobillos y recorra totalmente sus talones, la planta del pie y los dedos.
Confíen la luz de sus almas a la Tierra. Yo estoy aquí para ustedes; ustedes son bienvenidos en mí. No necesitan continuar solos. Cuanto más permitan que la luz de sus almas esté aquí, más protegidos estarán y serán conducidos por su propia sabiduría y por su conexión conmigo, la Tierra.
Yo os saludo de corazón y agradezco vuestra presencia aquí y ahora.
© Pamela Kribbe
Traducción: Lúcia
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